martes, 27 de enero de 2015

Actividades comerciales, oficios y profesiones en Quintana de la Serena. Años 1931- 1951, Juan Francisco José Dávila Sánchez.

Artículo enviado por el autor.

Actividades comerciales, oficios y profesiones en Quintana de la Serena. Años 1931- 1951
© Juan Francisco José DÁVILA SÁNCHEZ.



Los anuarios-almanaques generales presentan información de los oficios, profesiones y de las diversas actividades comerciales, así como de las distintas personas que los desempeñaron. Suponen una “foto fija” de la situación socioeconómica de cada localidad en un año determinado1. Tomando el Anuario General de España Bailly-Baillière-Riera del año 1931, podemos ver aquellas personas que desempeñaron los oficios y profesiones en nuestro pueblo, de los cuales, muchos han desaparecido, y con ellos las personas que los realizaron. A todas ellas, incluidas o no en dicho anuario,  va dedicado este trabajo, breve, sencillo, elaborado con afecto y cariño. Permítanme, que de un modo especial lo haga hacia mi abuelo Victoriano, mi padre Vicente, mi padrino y mis tíos.
Ya no quedan, alfareros, zapateros, herreros, cereros, esparteros, despellejadores, curtidores; desaparecieron los comercios de abacería, alpargatería y quincallería; se abandonaron los carros, y con ellos las herramientas y talleres de sus constructores; los cinematógrafos, a su vez teatros, de Leopoldo Blázquez y Victoriano Sánchez, que ya, por entonces estaban sujetos a las normas de la SGAE (Sociedad General de Autores de España), dejaron de dar sus funciones; el órgano de Domingo Cruz dejó de sonar; y los salones de baile de Pedro Barquero, Fernando Benítez y Vda. de Miguel Martín, cerraron sus puertas.
Quintana de la Serena, en el año 1931 y conforme al Anuario citado, aparece como Villa con Ayuntamiento de 7.500 habitantes de hecho y de derecho. Distante 11 Km. de la cabeza del partido (Castuera) y 102 de la capital (Badajoz). Se mencionan las tres carreteras existentes, pues el resto, eran caminos vecinales: a la estación de Campanario, a Zalamea de la Serena y a Villanueva de la Serena. Se cita el Río Ortiga. La Feria del 20 al 24 de agosto. Producción de cereales, habas y lentejas; ganado vacuno, lanar y de cerda. Ferrocarril a 7 Km. La Ermita o Plaza de Esteban Barquero era un barrio de 132 habitantes de hecho y 135 de derecho, y La Laguna o Camino de Castuera, figura como barrio de 166 habitantes de hecho y de derecho. Había un servicio diario de transporte de viajeros a Campanario, a las 12:00, cuyo precio era de 3 ptas.; otro procedente de esa localidad que salía a las 2:30 de la tarde, al precio de 2,50 ptas.; y a Don Benito a las 7:30 con el precio de 3,50 ptas., pasando por La Guarda, donde tenía establecida su salida a las 7:46. El alcalde era don Aquilino Barquero y el secretario del Ayuntamiento don Pedro Suárez. El juez municipal, don Juan Francisco Nogales; el fiscal, don Juan Antonio García y el secretario don Joaquín Miranda. El párroco era don Javier Santamaría y como coadjutor don Baltasar de la Cruz. Como profesoras/es de Escuelas nacionales, figuran: Doña Eloísa Valiño, don Ladislao García, don Lucas Gil y don Antonio Escudero2.

ABACERÍAS. Abacería. (De abacero) f. Puesto o tienda donde se venden al por menor aceite, vinagre, legumbres secas, bacalao, etc3. 
Abacerías: Antonio Dávila, Manuel Nieto y Venancio Nieto.
En el caso del primero, sólo figura como abacero, pero se daba el caso de que la misma persona que ejercía el comercio de abacería4,  lo complementaba o combinaba con otras actividades, como era el caso de Manuel Nieto y Venancio Nieto, a los que encontramos figurando, además, en los epígrafes siguientes:
-Manuel Nieto: Agente comercial y agente de negocios, Alpargatería, Batería de cocina (Coms.), Corresponsal de periódico, Flor de cuajar leche (Comtes.), Informes comerciales, Loza (Coms.), Materiales de construcción, Paquetería, Pesca salada (Coms.), Quincallería, Agente de seguros.
-Venancio Nieto: Alpargatería, Ferretería, Loza (Coms.), Paquetería, Pesa salada (Coms.)
Además, Venancio Nieto era el Representante de la Sociedad de Autores, figurando en el apartado <<Archivo. Lírico Dramático>>.  Como sabemos, la Sociedad de Autores fue creada por varios escritores y compositores musicales, como Carlos Arniches, los hermanos Álvarez Quintero, Ruperto Chapí, entre otros, en el año 1899, y fue el precedente de la actual SGAE (Sociedad General del Autores y Editores). En el año que nos ocupa (1931), todavía existía la Sociedad de Autores, como tal, hasta que en 1941 se funda la SGAE (Sociedad General de Autores de España) y en 1995 se refunda la SGAE como Sociedad General de Autores y Editores 5. <<Los representantes eran particulares que, a cambio de un porcentaje, actuaban en nombre de la SAE en distintas circunscripciones territoriales>>, y sus  funciones estaban determinadas por <<el artículo 13>> que eran, entre otras: <<recaudar los derechos de autor y conservarlos hasta su entrega […]; avisar de la llegada de las compañías a su localidad […]; llevar un registro de las obras estrenadas en su localidad […]; remitir en los primeros cinco días de cada mes las relaciones de las funciones verificadas en el anterior […] >>6.
En el apartado de Alpargaterías, figura también Miguel Rodríguez; en el de Ferreterías, Pedro Casasayas y Venancio Cruz; en el de Baterías de cocina, además del ya mencionado, nos encontramos a Pedro Bellot, Rafael Cruz y Venancio Cruz; como corresponsal de periódico, junto con Manuel Nieto, aparece Diego Cabezas; dedicados al comercio de la Flor de cuajar leche, estaban también,  Diego Rey, Marcelino Rey y Miguel Rey; en Informes comerciales, Juan Barquero; en la venta de Pesca salada, Pedro Bellot, Rafael Cruz y Venancio Cruz, figurando los tres, al mismo tiempo, en el apartado de Tejidos; Pedro Bellot y Venancio Cruz, también figuran en el apartado de Muebles.

La actividad ejercida por un mayor número de personas, en el año 1931, conforme a los apartados del Anuario General de España Bailly-Baillière y Riera, era la de Tratante de ganado lanar y de cerda, con 15 personas: Alejandro Barquero, Joaquín Barquero, Juan Barquero, Rafael Barquero, Rafael Coronado, Antonio de la Cruz, Rafael de la Cruz, Rafael Gómez, Manuel León, Juan Pedro Martín, Raimundo Martín, Vda. de Benito Martín, Vda. de Francisco Martín, Antonio Ortiz y Gerónimo Sánchez. Hay que tener en cuenta que en aquella época, el principal sector económico de la población era el agrícola y ganadero y no la industria del granito como ahora; de hecho,  aunque existían, y se incluye un apartado denominado Canteras de piedra,  vemos que no figura nadie en dicho  apartado.

Relacionadas con la ganadería estaban otras actividades encargadas del comercio de productos derivados de aquella, como eran las lanas y pieles. Como comerciantes de lanas figuran  Marcelino Rey Horrillo, Diego Naranjo, Diego Rey B. (sic) y Diego Rodríguez. Las tenerías o Fábricas de curtir pieles eran las de  Coronado Gómez (sic), Rafael Gómez, y Viuda de Francisco Martín. También había comerciantes de pieles sin curtir: Tiburcio Fernández, Diego Rey; actividad que también era ejercida por los, anteriormente mencionados Marcelino Rey Horrillo y Diego Rey B. (Sic). Existía un despellejador de animales que era Manuel Murillo. También, relacionado con la ganadería estaba el comercio de la Flor de cuajar leche, actividad ejercida por Manuel Nieto, Diego Rey, Marcelino Rey y Miguel Rey.

En relación con la agricultura existían almacenes de cereales: Tiburcio Fernández y Diego Nogales. Figurando como exportadores de cereales y comisionistas de granos: Juan Barquero, Hermenegildo Fernández, José Moreno y Vda. de Julio Rigote. También había un Depósito de abonos regentado por Diego Naranjo.

La industria harinera estaba formada por los tradicionales molinos de Antonio Cruz y Francisco Morillo. Además, existía la  fábrica de harina de Rafael G. Coronado, de quien dependía también la Fábrica de Electricidad de la Sociedad Electro Industrial.

En la industria del aceite figuran dos molinos a nombre de Antonio Cruz y  Francisco de Godoy. Así como, en aceites cosecheros encontramos: Antonio Cruz, Francisco de Godoy, Rosalía Martín y Francisco Morillo.

En el sector de la construcción existían hornos de tejas y ladrillos: Hdos. de Francisco Fernández, Francisco Fortuna, Francisco Morillo y Francisco Tena. En la venta de materiales de construcción: Juan L. Barquero y Manuel Nieto. Como maestros albañiles: Manuel Dávila, Fernando Rodríguez y Francisco Rodríguez. Y como aparejadores de obras figuran: Francisco Barquero, José Dávila, Antonio Pereira y Juan Rodríguez. En carpinterías: Pascual Blázquez, Fernando Cabezas, Juan Gallardo, Gregorio Lambea y Miguel Vega. La actividad de herrero era desempeñada por ocho personas: Claudio Barquero, Juan Blázquez, Manuel Blázquez, Antoliano Dávila, Juan Fuerte, Eduardo Lambea, Antonio Puerto y Juan Rodríguez. Y como pintor, Juan Mª Blázquez.

La alfarería, de cuya floreciente actividad ya no quedan restos: Fernando Bermejo, Graciano Bermejo, José Bermejo, Baltasar Romero, Ezequiel Romero, Filomeno Romero y Graciano Sánchez. La espartería, totalmente desaparecida y que quizás no tuvo mucha dedicación debido al desarrollo alcanzado en la vecina localidad de Campanario, era la de Juan Guisado. Hojalaterías, dos: Juan Antonio Benítez y Antonio Tena.

En  zapaterías figuran hasta nueve personas: Vicente Cabezas, Juan Carmona, Juan Fernández, Rafael Gómez, Francisco Izquierdo, Faustino Moreno, Diego Nogales, Maximino Puerto y Francisco Tener. Aquellos zapateros, posiblemente, realizasen más reparaciones de los usados que venta de zapatos nuevos, pues se solían aprovechar al máximo, consistiendo el principal arreglo en la colocación de suelas nuevas, por lo que en el apartado de curtidos encontramos  junto al de pieles el de suelas, siendo: Hijos de Pedro Benjamín Barquero, Rafael Coronado y Vda. de Francisco Martín, las personas dedicadas a su fabricación y venta. Además, había dos sastrerías: Ignacio Carmona y Basiliso Hidalgo; una modista, Margarita Murillo; una corsetería, Soledad Ortiz, y cuatro barberías: Pascual Cabezas, Agustín Hidalgo, Andrés Hidalgo y Pascual Puerto.
                 
En alimentación y bebidas, además de las abacerías estaban las carnicerías de Francisco Benítez, Sebastián Benítez, Clemente Carmona, Diego Nogales, Juan Nogales, Félix Orellana y Jerónimo Sánchez. En pescado, Juan Pineda. Las buñolerías de Escolástica Dávila y Brígido Fernández. Las panaderías eran cinco: Domingo Fernández, Hermenegildo Fernández, Fermín Gragera, Isidro Rodríguez y Sociedad Electro Industrial. Críspula García figura en el apartado de huevos. Había dos almacenes de aguardientes, Alfonso Gaitán y Silverio Nogales. Y numerosas eran las personas que se dedicaban a la venta de vinos cosecheros, Joaquín Barquero, Miguel Barquero, Rafael Coronado, Vda. de Leopoldo Coronado, Antonio de la Cruz, Lucas de la Cruz, Francisco García, Juan Pedro García y Margarito Quintana. Había una fábrica de gaseosas regentada por Diego Caballero.
                 

En el transporte de viajeros y mercancías figuran seis personas que se dedicaban a construir aquellos carros tirados por bueyes o mulas, medio de transporte, todavía muy utilizado en aquella época, sobre todo en las labores agrícolas y para el acarreo de materiales de construcción: José Carmona, Miguel García, Domingo López, Francisco Sánchez, Juan José Sánchez y Leopoldo Sánchez.  Y como transportistas aparecen Francisco Gómez y Viuda de Pedro Retama. Había empresas de automóviles que hacían servicio diario a Campanario y a Don Benito, y eran: Víctor Blázquez, Tiburcio Fernández, José Moreno y Francisco Nieto. En relación con el automóvil se encuentran los garajes de Alejo Hernández, Francisco Nieto y Luis Nieto; y los depósitos de gasolina de Pedro Barquero, Alejo Hernández y Victoriano Dávila; éste último, también con depósito de lubricantes y expendedor de explosivos junto a Ángel Pérez.
                 
En actividades de ocio y diversión nos encontramos: el cine, el teatro, los cafés, las tabernas y los salones de baile. Figurando en cinematógrafos, encontramos a Leopoldo Blázquez y Victoriano Sánchez, que a su vez, figuran como  teatros; los cafés de Agustín García, Diego González y Leopoldo Vázquez; los salones de baile de Pedro Barquero, Fernando Benítez y Vda. de Miguel Martín; las tabernas de José Alonso Arrabe, Benito Balsera, Fernando Benítez, Alfonso Gaitán y Juan Antonio Sánchez. También había  un organista, Domingo Cruz.

Las Sociedades del Casino del Centro, el Círculo de la Unión y el Sindicato Católico.     
                 
Como lugares de hospedaje existía el parador de José Alonso Arrabe; dos fondas, las de Pascual Blázquez y Tomás Tena; y cuatro posadas regentadas por José Alonso, Simeón Díaz, Diego Murillo y Elisa Sánchez.
                 
 Otras actividades eran: Los tres estancos de Esteban González, María Antonia Hidalgo y Vda. de Julio Rigote; una funeraria de Juan L. Barquero; una cerería de Diego A. Gómez; una droguería, Agustín García; un comerciante de maderas, Juan L. Barquero; un almacén de carbón mineral, Salvador Cruz; y dos depósitos de máquinas de coser, Antonio Gómez y Rafael Gómez.

Profesiones:
Abogados: Aquilino Barquero, Joaquín Barquero, Lucas de la Cruz, Francisco Murillo, Juan Nogales y Juan Ortiz.
Administrador de fincas,: Francisco Morillo.
Banqueros: Juan Barquero, y Vda. de Julio Rigote.
Procurador: Tiburcio Fernández.
Notario: Domingo Gómez.
                 
En cuanto al aspecto sanitario, había cinco médicos: Pedro Barquero, Aniceto Blázquez, Antonio Cruz, Gabino Dávila y Juan Nogales; tres practicantes: Esteban González, Andrés Hidalgo y Pascual Puerto; dos comadronas: Ana Barrero y Eduarda López; tres farmacias: Miguel Dávila, Pascasio Díaz y Manuel Sánchez, y dos veterinarios: Miguel Bravo y Juan Hidalgo7.

 Otros oficios serían los de cantero, aperador, esquilador, manijero, piconero, hortelano, apicultor, herrador y pastor, que en la mayoría de los casos se alternaban con otras actividades.

Lo anterior, nos ofrece un aspecto parcial de la situación socioeconómica del año 1931, pues, se ha de tener en cuenta que la mayor parte de la población activa estaba formada por pequeños agricultores y ganaderos, que venían sufriendo la escasez de tierras desde antiguo —recordemos, por ejemplo, que la finca de La Pared, cuyo propietario era el duque de Almenara Alta, venía siendo requerida por los vecinos de Quintana de la Serena desde el siglo XVIII, cuando su anterior propietario el Marqués de Paredes la tenía arrendada al vecino de Soria, el Conde de Gomara para que sus ganados trashumantes pastaran en estas tierras8—, además de campesinos asalariados, obreros eventuales, aperadores, pastores, labradores, jornaleros, canteros, yunteros, etc. Tras las elecciones del 12 de abril de 1931, dos días después, es instaurada la Segunda República Española y nombrado alcalde, Tomás Aquino Barquero Barquero, como consecuencia de  las elecciones celebradas en el mes de mayo —las elecciones del mes de abril fueron anuladas9  de ese mismo año. El mismo Tomás Aquino Barquero nos habla de un censo de 1.300 campesinos asalariados y un número de unos 300 yunteros que labraban las tierras en arrendamiento o aparcería10. También, nos ofrece su visión del momento socioeconómico en aquel año: <<Quintana de la Serena en el año 1931, tenía 8.400 habitantes. Término municipal de 13.800 11 hectáreas de mediana o mala calidad, excepto la zona del Campillo que es una tierra fértil. No tenía industrias importantes, tres o cuatro fábricas de curtido, unas canteras de piedra de granito mal explotadas, la fábrica de harina y electricidad, y un comercio de pieles y lanas. La mayor parte de las mercancías eran transportadas a lomo de las caballerías>>12.

                  Algunas de estas actividades y establecimientos los encontraremos veinte años después, pero otros, unos por motivos naturales y otros ocasionados como consecuencia de la Guerra Civil, habrán desaparecido y, por otra parte, aparecerán algunos nuevos. Entre los primeros, vemos algunos de ellos, como son: Victoriano Dávila Díaz (Paquetería), Pedro Casasayas (Ferretería), Pedro Bellot (Tejidos), Viuda de Julio Rigote (Estanco)  y Pascasio Díaz H. Barquero (Farmacia). Entre los desaparecidos: Marcelino Rey Horrillo (Pieles y Lanas), Miguel Dávila y Manuel Sánchez (Farmacias). Y entre los nuevos: Antonio García García (Tejidos), Viuda de Marcelino Rey Horrillo (Curtidos y Lanas), Vicente V. Dávila Barquero (Muebles), Manuel León Barquero (Farmacia), Hijo de Francisco Gómez-Coronado Gómez-Coronado (Curtidos), José Rey Fernández (Lanas y Pieles), Rafael Rey Horrillo (Pieles y Lanas), Francisco Rey (Cinema-Azul), Diego Martín Robledo (Agente de venta de la cerveza La Cruz del Campo), Teodoro Martín Robledo (Paquetería y coloniales. “El Arca de Noé”), Casa Centeno (Pescado-Frutas), Francisca Quintana Hidalgo (Paquetería, perfumería), José Blanco Lira (Tejidos), Venancio Nieto Bravo (Despacho Central de la RENFE), Bar Nuevo (Hermanos Mellado), Café-Bar “El Chato”, Bar “Cachorro” (Francisco Lambea Gutiérrez), Bar “Las Cabras”, Bar “No me entero” (El Canario), Bar “Manzanilla” (Diego García Tena), Bar “Los Pedros” (Pedro Tena Pozo) y Casa Pende (Leopoldo Blázquez Cerrato) 13.




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Notas.
1. BNE. BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. HEMEROTECA DIGITAL. www.hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0004936878&lang=es                
2. ANUARIO GENERAL DE ESPAÑA BAILLY-BAILLIÈRE y RIERA REUNIDOS, S.A. Barcelona, 1931. Tomo I, pp. 1603-1604. Estos tres últimos aparecen en Aprendiz de gañán, de Diego Rodríguez y Antonio Zavala, págs. 55 y 66, editado por Sendoa, Oyarzun (Guipúzcoa) en 1999, con el número 17 de la Biblioteca de Narrativa Popular.
3. D.R.A.E. Diccionario de la Real Academia Española.
4. Cfr. GARCÍA PÉREZ, Juan. Abacerías, tiendas y ultramarinos: el comercio en la Extremadura del siglo XIX. Institución Cultural el Brocense.
- La industria extremeña en el siglo XX. Del avance moderado a la crisis y el distanciamiento de las pautas nacionales.
www.dip.badajoz.es/…reex/rcex…/estudios_13:rcex_2_200v.pdf.
6. SÁNCHEZ GARCÍA, Raquel: La Sociedad de Autores Españoles (1899-1932). UNED. Espacio, Tiempo y Forma. Serie V, Hª Contemporánea, t. 15, 2002.pp. 218-219.
e-espacio.uned.es/fez/view.php?pid=bibliuned…
  7. ANUARIO GENERAL DE ESPAÑA…, Op. cit., págs. 1603-1604.
  8 .Vid. Interrogatorio de la Real Audiencia en 1791. Partido de la Serena. Quintana.
  9. BARQUERO  BARQUERO, Tomás de Aquino. Un trozo de historia de mi pueblo. Quintana de la Serena (Badajoz). 1979, Humanes de Madrid, Gráficas Robles. pág. 8.
10. Ibíd., pág. 13.
11. Actualmente, 11.532.  Cfr., Casimiro Guerrero Cabanillas (Coord.). Materiales para el estudio geográfico de La Serena. Diputación de Badajoz, 1985. pág. 221.
12. BARQUERO BARQUERO, Tomás de Aquino. Op. cit. p. 13.
13. Vid. Para ver más: Programa de Feria y Fiestas de Quintana de la Serena, año 1951.


BIBLIOGRAFÍA 
BARQUERO  BARQUERO, Tomás de Aquino: Un trozo de historia de mi pueblo. Quintana de la Serena (Badajoz). Gráficas Robles, Humanes de Madrid, 1979.
D.R.A.E. Diccionario de la Real Academia Española. www.rae.es
GARCÍA PÉREZ, Juan: Abacerías, tiendas y ultramarinos: el comercio en la Extremadura del siglo XIX. Institución Cultural el Brocense.
- La industria extremeña en el siglo XX. Del avance moderado a la crisis y el distanciamiento de las pautas nacionales.
GUERRERO CABANILLAS, Casimiro (Coord.): Materiales para el estudio geográfico de La Serena. Diputación de Badajoz, 1985.
RODRÍGUEZ CANCHO, Miguel y BARRIENTOS ALFAGEME, Gonzalo: Interrogatorio de la Real Audiencia, 1791. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de La Serena. Asamblea de Extremadura. Salamanca, 1995.
RODRÍGUEZ ORELLANA, Diego y ZAVALA, Antonio: Aprendiz de gañán. Editorial Sendoa, Biblioteca de Narrativa Popular, 17. Oyarzun (Guipúzcoa), 1999.
SÁNCHEZ GARCÍA, Raquel: La Sociedad de Autores Españoles (1899-1932). UNED. Espacio, Tiempo y Forma. Serie V, Hª Contemporánea, t. 15, 2002.
e-espacio.uned.es/fez/view.php?pid=bibliuned…

FUENTES
ANUARIO GENERAL DE ESPAÑA BAILLY-BAILLIÈRE y RIERA REUNIDOS, S.A. Barcelona, 1931. Tomo I.
PROGRAMA DE FERIA Y FIESTAS de Quintana de la Serena, año 1951. Ayuntamiento de Quintana de la Serena (Badajoz)


PÁGINAS WEB
BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA. HEMEROTECA DIGITAL. www.hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0004936878&lang=es
www.dip.badajoz.es/…reex/rcex…/estudios_13:rcex_2_200v.pdf.
SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES. http://wapedia.mobi/es/Sociedad_General_de_Autores_y_Editores#1.
e-espacio.uned.es/fez/view.php?pid=bibliuned…


Nota aclaratoria. Este trabajo ya fue publicado en el “Libro de Feria” del año pasado, tal y como aquí se presenta, excepto con un pequeño añadido que por omisión involuntaria no fue incluido en el mismo, como fue la “fábrica de gaseosas regentada por Diego Caballero”, por lo que pedimos disculpas por ello y por cualquier otro error que hayamos podido cometer. La finalidad de este trabajo no es otra que la de dar a conocer una fuente de 1931, de la cual dispongo y pongo a disposición de cualquier Asociación Cultural de la comarca que esté interesada en conocer sobre las actividades comerciales relacionadas en su localidad. Al estar basado en aquella época y, a pesar de incluir como fuente secundaria el Programa de Feria y Fiestas de 1951, no hemos creído conveniente extendernos en hacer una relación exhaustiva de este último que la dejamos para un posterior estudio que abarcaría un periodo comprendido entre 1951 y 1971. De todas formas, por la curiosidad del contenido y al ser el  libro de Feria más antiguo del que tenemos constancia, propondría que fuera publicado íntegramente en el blog de la Asociación Cultural “Piedra Una sobre Otra”. 

domingo, 25 de enero de 2015

LA RECETA DE MI ABUELA.

  Me gustaría inaugurar aquí, si me lo permitís, un entrañable apartado dedicado a esos platos y postres que, elaborados por nuestras abuelas, hacían el deleite de propios y extraños.

Todos llevamos en lo más profundo de nuestros recuerdos infantiles, aquellos sabores y olores que nos acompañaron generación tras generación.

Muchos de esos platos  perduran en nuestra memoria colectiva pero, entre la emigración/inmigración de nuestros paisanos, el paso del tiempo y las nuevas modas culinarias, se estarán irremediablemente perdiendo, si no los fijamos en textos escritos.

De ahí la necesidad de utilizar esos conocimientos de nuestros mayores, para ir configurando un recetario al uso y costumbre quintanejos.

Os animamos pues, a que nos hagáis llegar vuestros "platos de la abuela"  al correo de la asociación :


unapiedrasobreotra@gmail.com


Nosotros gustosamente los publicaremos.

Y para abrir boca, yo por mi parte, me atrevo a proponeros el sencillo y fácil  "Bizcocho de la abuela Fefa".




Ingredientes._  Una medida de taza de café de aceite de girasol , 2 medidas de taza con azúcar, 3 medidas de taza con harina , 3 huevos o más , un sobrecito de levadura en polvo y ralladura de un buen limón( esto último con cuidado que yo ya me he jugado una uña ).
Ahora toca  batir bien, hasta que nos quede  cremoso.
Después, le damos una manita al molde y lo espolvoreamos con abundante harina.



Mientras que hacemos todo esto no sería malo encender el horno y ponerlo a unos 175 grados y vertemos la mezcla que hemos hecho en el recipiente y lo introducimos en el horno, ya bien caliente , manteniéndolo allí unos 45 minutos , más o menos. (lo del horno es algo actual, por supuesto)
Después de ese tiempo, apagamos el horno y dejamos el bizcocho 5 minutos dentro.
Y para terminar lo sacamos del molde y colocamos en un plato tan bonito como el mío.
Mirad qué Bodegón más bonito me ha quedado , me entran ganas de pintarlo. 




Eduardo Fernández León.
Enero 2015


viernes, 23 de enero de 2015

Humor en la pared del parque, Quintana. Moreno El Mayor.

Publicación autorizada por el autor.

© Moreno El Mayor.

ANTICIPO QUE SACO DEL CONGELADOR, PA MANUEL RODRÍGUEZ NIETO.


Cada verano, mi amigo Antonio Pajuelo -que sabe que el vino bueno me gusta con delirio- me somete a un ejercicio de sinceridad para que opine sobre cómo le ha salido el vino hogaño: “ ¿qué te parece, Moreno, cómo está este vinazo?”. Él, mira cómo yo miro el color, lo muevo, lo huelo y me lo echo a la boca; y sigue mirándome fijo a los ojos, hasta que emita mi sentencia anual al respecto, la de todos los años, siempre la misma: “Este vino…., Porrita”, (porque yo le llamo por el diminutivo suave de su verdadero mote, ques ‘Porrajierro’), “este vino es brusco, alcohólico, turbio y está hasta un pelín picado, avinagrao, en definitiva, ¡¡¡ este vino es un puto brebaje, joé!!!”. Y su contestación es también la de siempre: que si nos hemos vuelto mu finos, que si menos química y más naturalidad, que si patatín que si patatán, y que me den por culo con ese vino que le he llevao pa cená: un vino flojo, amariconao y con mucha química.
Claro, él no se da cuenta de que su paladar se adapta a su vino: cuando debería pretender lo contrario, que el vino se adaptara a su paladar, al mío y al de otros muchos, cuantos más mejor, mostrando un sabor civilizado al común de los degustadores. Porque, vamos a ver, el vino es un proceso vivo que por sí solo tiende al vinagre, y es por ello que el enólogo está para modificar, alterar, modular ese camino de transición en aras de –dándole química- conseguir un caldo agradable.
Quiero decir, aun a riesgo de crear polémica en la Pared, que de eso se trata, yo declaro que (salvo rara excepción) en las pitarras extremeñas se hace mal vino: ya sé que esto es escupir parriba, pero lo veo así. Y es que para hacer buen vino no basta (como para hacer el chorizo, o el buen pan de pueblo de Angustias, o el queso de Inés) buena materia prima, paciencia y buenas manos: el vino necesita QUÍMICA. El jodío “Porrajierro”, concediéndome algo de razón, me dice que él le echa un poco de “sulfuroso”, joder, a ver: ¿Cuánto le echas?, y él que un puñao, y yo que eso es peligroso, y él –que confunde miligramos con gramos- insiste me espeta que: “ ¡al coño con tanta química!”, que las probetas y las pipetas se las pasa él por el forro, con tanta mariconada, joé. JAJAJAJAJA; y me lo paso bomba, claro, pero yo bebiéndome mi “Torre Julia”, o “Basangus”, o “Habla”, lo que se tercie. Y él su pitarrero.
Una prueba palmaria de que la pitarra casera no da generalmente buen vino es cómo han proliferado siempre en la comarca de La Serena las fábricas de gaseosa, ¿sabéis por qué?, pues es muy fácil: porque es un cubredefectos del mal vino, la gaseosa está muy ligada al vino porque cura esa patología y ese sabor a sulfídrico, a geraniol, a picado o a roble excesivo que a veces apreciamos en los vinos cosecheros de familia: así se ha inventado el “tinto de verano”, dulcificando con la gaseosa la acritud del mal vino: mezcla que con hielo en cantidad generosa resulta bastante agradable.
Yo me quedo con el buen vino hecho por un enólogo sabio, con la química que haga falta…, ese vino que agudiza el ingenio en nuestro hablar, que induce al sueño, que erotiza el camino y permite llegar a Itaca sin frustración: me gusta tantísimo que no me he concedido, ni una sola vez, el abusivo error de emborracharme para no aborrecerlo jamás.

(Tangencialmente, Manuel, cito a la gaseosa como “salvadora” de malos vinos, pero queda pendiente relatar lo que puede dar de bueno por sí misma: qué gracia me hizo aquél pequeño gran actor en esa estupenda, surrealista, absurda, pero nunca estúpida comedia “El Milagro de Petinto" cuando, con un desparpajo genial, dijo aquello de : "¡Qué invento esto de la gaseosa!").